jueves, febrero 21, 2008

Que me perdone Neruda


Que me perdone Neruda
pero esta noche puedo escribir los versos mas cursis
decir que tiritan azules, las estrellas en tu pelo, no tan lejos.
Decir que no puedo articular versos de tu agrado
o balbucear alguna palabra que rime con tu cintura.
Que me perdone Neruda
pero esta noche puedo escribir los versos mas cursis,
sobre tu vientre danzar con mis pies izquierdos,
correr hacia la luz sin túnel,
perderme en esas calles sublimes,
tus calles sublimes que me llevan al centro de tu piel.
Que me perdone Neruda,
pero esta noche puedo mentir,
decir que no me gusta Benedetti,
que Bukowski no debió de nacer
o que Girondo pudo haber escrito algo mejor.
Que me perdone Neruda
pero esta noche escribiré los versos mas cursis,
con tinta verde, sobre un lienzo azul,
¿me prestas lápiz y papel?


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martes, febrero 19, 2008

La Estación del Deseo







En la estación del deseo siempre esta amaneciendo. No existe la policía ni el tiempo. El reloj tiene cosas mas importantes que números, como “hora de querer”, “hora de escribir un poema” y la que casi siempre apunta la manecilla “hora de estar contigo”.
La soledad esta enterrada junto al silencio en el cementerio subterráneo de los tristes recuerdos. Solo oscurece cuando, en un eclipse, dos amantes deciden ver estrellas y deslizarse sobre el tobogán de un cuarto menguante. Es entonces cuando ocurren incendios, incendios que hacen cosquillas y se apagan con más fuego.
Sobre sus calles perfumadas siempre es sábado, hay emociones de colores que ruedan y hacen tropezar a los peatones cuando andan demasiado serios. Hay una epidemia incurable de risa que ha contagiado a la población hace unas semanas, pero a los médicos ya no les importa seguir buscando el antídoto.
Es esta azucarada estación esta permitido ser cursi; decir cosas como “siempre estoy pensando en ti”, “me derrito en tu boca” y besarse todo el rato. Llueve cuando tenemos ganas de correr agarrados de la mano.
En esta estación del deseo el cielo está en la tierra, o lo que sería lo mismo: los poetas piel con piel.


Melissa Modesto


No digo Demasiado





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domingo, febrero 17, 2008

Todo se transforma en eternidad,
hasta los latidos sin prisa
que produce tu sola presencia
que multiplica el deseo utópico
de los amantes que se descubren
a punta de besos detrás de una columna
ante la presencia de ojos sin rostros
ajenos al espacio,
haciendo a su vez cómplice
a la madrugada que hace algún tiempo te robó el sueño.


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viernes, febrero 01, 2008

Cartas detras de la Barra


Ya te habías marchado cuando el momento
se hizo realidad frente a mi nariz,
pero tu voz seguía latente en cada línea
que llenaba mis pupilas.
Un rojo eterno se apodero de mi tez morena,
mientras no creía lo que leía.
Mi cabeza se llenaba de imágenes,
tratando de asimilar lo sucedido;
ver como se viene el infinito
en un segundo sideral
ante la mirada de Venus
puede que se asemeje un poco
a la suave textura de tus labios,
aun vírgenes para esta anatomía de papel
que tu mirar cautiva.


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