Carta para Goico
Y al final te fuiste ya cansado de desafiar
la vida y al cardenal.
Nos abandonaste en esta naufragada isla
Sin darnos el tiempo suficiente para seguir conspirando
o brindarte el último trago
o el café con hielo
junto a las canciones de Chico Buarque.
Tomaste tu timón, como siempre,
ligero de equipaje, paseándote por la Billini hasta el mar,
Ya no volverán a invadir las melodías de peces de ciudad en aquella esquina
tampoco se verán de nuevo tus búhos atormentados en medio de
las cenizas y las colillas de la vida.
Seguro tu obra tendrá más valor donde estas
que en estas calles llenas de sucia ignorancia
y no serán naufragios como estas líneas que intento
escribir.
Como se te extraña, amigo
Aun te escucho culpar al cardenal,
en medio de todas nuestras teorías conspirativas en la
barra de S bar, justo en medio de los hambrientos falaferos
y las almas asiduas a ese rincón en donde el tiempo
dejaba de ser tiempo y no era más que una línea roja en
uno de tus lienzos.
Pero ahora que paso por ahí y veo tus pinturas adornar esas paredes
Sabiendo que no entraras nuevamente por esa puerta
puedo oler el sentido de todas estas cosas,
Y entender porque la culpa la tiene siempre el cardenal y tu la razón.
Hoy te prometo que lloverán peces sobre la barra,
que el ron y los cigarros irán por mi cuenta.
Y ya sé que vendrás a traerme los colores aunque sea solo tu ausencia
que me recuerda que aún estas vivo, a pesar de la muerte.
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