Amaneci con Pedro Guerra en la cabeza...
Debajo del puente, en el río
hay un mundo de gente,
abajo, en el río, en el puente.
Y arriba del puente
las cosas pendientes,
la gente que pasa,
que mira y no siente.
Tomates, lechugas
y pan del mercado,
te quiero, te odio,
me tienes cansado.
Y arriba del puente
las cosas de siempre,
no quiero mirarte,
no quiero quererte,
café con azúcar,
quiniela y olvido,
quién sabe del mundo
debajo del río.
Debajo del puente, en el río
hay un mundo de gente,
abajo, en el río, en el puente.
Y arriba del puente
la calle, el colegio,
los niños, los gritos,
te vas sin un beso,
tu amor y el atasco,
me agobia la prisa,
los días que pasan,
la mierda que pisas.
Y arriba del puente
las ocho con frío,
lo tuyo es lo tuyo,
lo mío es lo mío,
carteles y bolsos,
tirones y olvido,
cualquiera te vende
un billete hasta el río.
Debajo del puente, en el río
hay un mundo de gente,
abajo, en el río, en el puente.
Y arriba del puente
están los de arriba,
están los de abajo,
que es menos que arriba,
y luego está el puente,
que es menos que abajo.
Yo pienso en mi casa,
mi amor, mi trabajo.
Debajo del puente, en el río
hay un mundo de gente,
abajo, en el río, en el puente.
PD. El otoño me trae nostalgia y magia. Ganas de seguir caminando soñando despierto sin importar que el paso este cerrado o que no funcione el semaforo. Me invita a doblar esquinas ciegas y quemar el formulario de rentas internas. El Otoño huele a poesia querida Belle.
Etiquetas: Canciones de la madrugada