Serie Madrugada. Canto (III)
Me susurrabas al oído que no podías vivir sin mis besos, mis manos y piernas te sostenían sobre este mundo de quimera. Que no me decepcionara si al despertar solo encontrara una habitación vacía, un cenicero repleto de cadáveres y una botella de vino a la mitad, eran las señales de su “pre-esencia” y ausencia.
-No te preocupes , mi pescador de sueños, regresare al final del dia, rebosada de pasión, con mas historias sobre el mundo real, las noticias que nunca llegan a nuestros oídos, esas que hablan de Artemis y sus poderes y de cómo Apolo quedo preso en las ramas de Dafne...
0 Comentarios:
Publicar un comentario
<< Home