Canto a la Madrugada.Serie Madrugada
II
Mientras la noche iba cayendo y los fantasmas retornaban a sus tumbas, los cuerpos se fundían entre la mezcla de ron, sudor y saliva. La lujuria, consumía sus mentes, estaban en un coma lujurioso, solo sentían como sus cuerpos entraban, una y otra vez, en un estado de excitación celestial. Nunca antes dos mortales habían llegado a la cima de un orgasmo cósmico, solo reservado para los Dioses y Ángeles caídos.
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