Cansancio
¡Sí!
Cansado
de usar un solo bazo,
dos labios,
veinte dedos,
no sé cuántas palabras,
no sé cuántos recuerdos,
grisáceos,
fragmentarios.
Cansado,
muy cansado
de este frío esqueleto,
tan púdico,
tan casto,
que cuando se desnude
no sabré si es el mismo
que usé mientras vivía.
Cansado.
¡Sí!
Cansado
por carecer de antenas,
de un ojo en cada omóplato
y de una cola auténtica,
alegre,
desatada,
y no este rabo hipócrita,
degenerado,
enano.
Cansado,
sobre todo,
de estar siempre conmigo,
de hallarme cada día,
cuando termina el sueño,
allí, donde me encuentre,
con las mismas narices
y con las mismas piernas;
como si no deseara
esperar la rompiente con un cutis de playa,
ofrecer, al rocío, dos senos de magnolia,
acariciar la tierra con un vientre de oruga,
y vivir, unos meses, adentro de una piedra.
Etiquetas: Maestros, Oliverio Girondo
3 Comentarios:
Buenísima, hermano.
Cuando lo imaginamos, somos todo lo que pinta nuestro sueño.
"Cansado,
muy cansado [...]
sobre todo
de estar siempre conmigo".
Me gustan las reflexiones de este poema. Excelente.
Hermano
este poema vino de la mano de un maestro...
Oliverio Girondo...
Saludos y abrazos desde Sadalsuud.
Poeta poeta poeta poeta poeta poeta...carajo, poeta!
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